No lo entiendo muy bien, y para eso está, por eso es uno de los mayores misterios del mundo. Pero es que lo que me preocupa a mi es el no entender al mío propio.
La mayor parte del tiempo va a mil revoluciones por minuto, pero de repente es capaz de detenerse hasta casi parcer muerto. Puede sacar retazos de mi niñez como no saber que ha comido hoy. Lo mismo le da entre eso y lo otro, que no se moverá de sus posicionamientos, y a la vez le da todo igual.
Sabe lo que es bueno, sabe lo que es malo y hace lo que le da la gana. Impredecible como una bofetada en unos momentos, y ver por dónde viene en otros muchos. Profundo hasta la solemnidad, y superficial de revista adolescente.
Me lleva a los detalles de las acciones más insignficantes, y a trompicones en los momentos cruciales. Es increíbles para ver lo que otros no ven, y sumamente ciego con lo que a los otros les deslumbra.
Es absorvente como el cartón, e inexpugnable como la piedra.
¿Cómo guarda todo lo que sabe?